Sencillez y desengaño

"La vida de un hombre debería ser más sencilla... Estoy cansado... ¿Cómo mierda llegué hasta acá?" fue lo último que me dijo el carnicero.
Cinco días estuvo contándome sobre la matanza en la villa: la que esta atrás del aeropuerto. Detalles, muchos. Describió a cada uno de los muertos, sus vidas, parientes, amigos. Pero se detuvo en una mujer, una morocha que se había teñido el pelo, un poco más claro. Parece que el tipo se había enamorado de la mina, o algo así.
La morocha, Carmen, era la esposa de un guardia del aeropuerto: un mono áspero, borracho, sucio. El carnicero pata de lana, se aparecía por la casa de la mina cuando el guardia no estaba.

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